Fue inaugurado en 1955 por Marcos Perez Jimenez y su objetivo era el de transportar turistas al Hotel Humboldt, que quedaba en la cima del cerro Ávila. Funcionó constantemente hasta la década de los 70, pero la degradación de sus partes hizo con que dejara de funcionar por seguridad de los usuarios.
El régimen de Maduro notó que era bueno robarse esas instalaciones, y decidió expropiarlo en el 2007, para cambiarle el nombre y ponerle un nombre indígena, y desde entonces ha servido apenas para que la gente suba a contaminar la montaña.
Lo más triste de todo, es que el Hotel Humboldt, para el que servía este teleférico, está en un estado deplorable, parcialmente destruido, ya que el régimen de Hugo Chavez comenzó supuestas obras de remodelación hace muchos años, pero los contratistas se robaron el dinero y los políticos cobraron su tajada, dejando la obra por empezar.
En el vídeo se ve el estado del Hotel Humboldt, y dan ganas de llorar, comparándolo a lo que era hace 40 años.