Además de que los juguetes no alcanzaban para todos los niños, y de que los Guardias Nacionales que hacían el reparto se mostraban muy violentos, los pocos juguetes que los menores lograban recoger por el suelo, eran en su gran mayoría, juguetes para animales, como los tradicionales muñecos de goma que chillan al ser mordidos por los perros e incluso rueditas plásticas de las que utilizan los hamsters para hacer sus ejercicios dentro de las jaulas.
Aunque esto parece una broma, no lo es. Los juguetes eran de tan mala calidad, que algunos de los padres de estos niños, se los quitaban y los arrojaban a un lado. Efectivamente eran recogidos por otras personas que tienen animales en casa, y a los que les sirve para darle un presente a su perro, o a su gato.
La maldad de Nicolás Maduro y los funcionarios de su régimen, parece no tener fin!
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