Una mujer que fue entrevistada, contó que en Venezuela no podían ganar ni siquiera para los tres platos de comida diarios, pero que en Colombia logran tener su comida todos los días, aunque tengan que vivir a la intemperie y que trabajar vendiendo caramelos por las calles.
Otro de estos ciudadanos desplazados pro Nicolás Maduro y su régimen asesino, aseguró que los colombianos los han tratado muy bien, y hasta les han dado regalos a los niños en la época navideña.
A pesar de la dura situación que parecen vivir, estas 300 personas no están dispuestas a regresar a la miseria que le brinda Venezuela y esperan poder tener la oportunidad de iniciar una nueva vida allí, en Perú, Ecuador o en cualquier otro país en el que les permitan trabajar y vivir, como estipulan los derechos humanos universales que no son respetados en Venezuela.
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