Cualquier cosa que les pueda matar el apetito es suficiente y es por eso que se les ve con tantas fuerzas saqueando en este caso, el PDVAL localizado en la costa oriental del lago en el Zulia. No hay guardias ni lacrimógenas que logren contener a un pueblo hambriento que además está muriendo de enfermedades tan comunes como la gripe.
En pocos días veremos cómo el país entero estará envuelto en un estallido social sin precedentes, y ya han comenzado a contarse los muertos a manso de los guardias salvajes o de los propietarios de los negocios saqueados. Maduro no tendrá escapatoria!
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