Los de La Pulga y compañía se limpiaban las lagañas cuando los galos ya habían desayunado y comenzaron a hacer el trabajo. Un remate al poste de Griezmann avisó que iban en serio, y dos galopadas a punta de potencia por Kylian Mbappé recordó a los sudamericanos que ellos iban a dos velocidades menos.
Una carrera endemoniada del ‘10‘ galo dejó a la defensa albiceleste como conos, y un Marcos Rojo sin opciones, tuvo que “encaramarse” encima del ariete del PSG para poderlo detener, porque por lo legal era imposible decirle que no entrara a la cocina. Tras esa acción, el principal iraní, Alireza Faghani, sentenció la inevitable pena máxima a favor de los Bleus.
Desde los 11 pasos, Antoine Griezmann definió como si estuviera en el patio de su casa: Con calma y sutilmente a su izquierda, engañando a un Franco Armani que en su intento de adivinar el remate le temblaron las piernas.
Cuando falta velocidad la mente y el corazón toman las riendas del juego
Los ocasos son bonitos para esta selección patagónica que, dejó petrificados a los galos con un trueno que salió de la zurda de un Ángel. Se acababa la primera mitad cuando los extremos argentinos se intercambiaron de posición, decisión correcta, ya que posterior a un despeje azul hacia los aires fue controlado por “Angelito” Di María, quien recortó hacia su pierna siniestra con una diagonal y soltó un latigazo infernal a la escuadra de un Hugo Lloris que se vio en cámara lenta por los aires cuando el disparo argentino ya se fundía en un abrazo con las redes.
Todo lo que sube tiene que bajar…
Amaneció la segunda mitad y la suerte se pintó la cara de celeste y blanca. Transcurrían dos minutos de haber comenzado el complemento, Leo Messi tomó un despeje desde el franco derecho del área rival e intentó un remate de zurda que se encontró a Gabriel Mercado en su trayectoria. El defensa colocó el tacón de su bota derecha y desvió la trayectoria de la esférica hacia el fondo del arco francés.
Pero esa suerte no duró mucho
La igualdad francesa no se hizo esperar. Casi diez minutos pasaron cuando los pupilos de Didier Deschamps aprovecharon un descuido de la defensa sudamericana.
Como un todo terreno, Antoine Griezmann se infiltró en la banda izquierda de los latinos, y justo antes de caer mediante un forcejeo, sacó un centro debajo de la chistera que se paseó por el área albiceleste y que al final encontró a un desmarcado Benjamin Pavard, quien de primeras dibujó un increíble golazo con su diestra. Nada que hacer para Armani.
Dicho resultado obligó a los dirigidos por Jorge Sampaoli a buscar el encuentro, y por supuesto, ensanchar sus líneas, las que para lamento argentino, fueron bien aprovechados por Les Bleus.
La figura del encuentro, Kylian Mbappé, tumbó la puerta con una actuación soberbia. En el 63′, el joven atacante parisino aprovechó un balón rifado en la parcela blanquiazul y con un rápido slalon dejó atrás a dos defensas para luego rematar y batir al portero de River Plate con un chute que pasó por debajo de su cuerpo.
Cuatro minutos más tarde, los espacios celestes se abrieron para Oliver Giroud, quien con su visión periférica se percató que el “chamo” Mbappé iba como un cohete por el sector derecho de la cancha, le cedió la caprichosa, y éste mano a mano frente a Armani definió de forma implacable.
Aunque el corazón no aguantó, los de Jorge Sampaoli intentaron creer, y con un tanto tardío de Sergio “Kun” Agüero, Argentina maquilló un resultado que tuvo un claro dominador sobre la cancha, un cuadro europeo que practicó un balompié de otra instancia.
Fuente: Lucho Suárez | LaPatilla.com
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