Resaltan que miles de ellos han sido sacrificados por su carne a manos de una población que vive bajo condiciones precarias. Recuerdan que hasta hace solo unos años, eran tantos que llegaron a ser un “problema” en las vías de estados como Falcón, ya que deambulaban libremente provocando accidentes viales y hasta debían ser despejados de la pista del aeropuerto de Coro.
“Aquí ya no quedan burros”, dijo Odalys Martínez, una pobladora de la Península de Paraguaná, al norte del estado. “Sólo los que están en [el Palacio presidencial de] Miraflores”.
La virtual extinción del burro está causando alarma entre las autoridades de Falcón. Allí el animal había sido declarado una especie protegida y era solo domesticado por los moradores para el traslado de mercancías o el arado de la tierra.
“Desde 2015 hasta la fecha, 2018, los burros desaparecieron”, dijo el diputado opositor Eliézer Sirit.
Preocupa además el sacrificio clandestino de estos animales que además se ha convertido en un problema de salud y de contaminación del medio ambiente: no hay control sanitario.
Fuente: elnuevoherald.com
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