Ante esta situación, estos vecinos que antes eran llamados oligarcas, porque supuestamente tenían de todo y vivían muy bien, hoy tienen que agarrar algunos tobos viejos para llenarlos de agua de lluvia que cae canalizada de los techos, y la utilizan en muchos casos para bañarse o lavar, pero también para consumirla luego de hervirla muy bien.
Recordemos que un botellón de agua potable vale 20 % más que el sueldo mínimo mensual en nuestro país.
Fuente: Donlengua.com
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