Él permanece al lado del Hospital central de Valencia, y los venezolanos tan "solidarios" que se acercan, apenas van por curiosidad para ver cómo miles de gusanos le salen por el cuerpo. Otros van para hacerle videos morbosos como éste, y presentar denuncias a los medios, que no llegarán a ninguna parte.
Es probable que no aguante mucho tiempo vivo en esas condiciones y ante la ceguera de los organismos que deberían tratar a este tipo de personas, este pobre hombre morirá lentamente en el piso, en un rincón de una calle en la que nadie lo va a ayudar.
Fuente: Donlengua.com
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