La cátedra de salud pública, terminó con muchos papeles por el suelo, archivos destruidos por completo, sillas rotas, libros destrozados. y muebles dañados. Lo que causó más atención fue que abrieron la nevera y se comieron toda la comida que encontraron. No dejaron ni una sola migaja.
Utilizando cuchillos, forzaron las puertas de las oficinas luego de haber accedido por unos ductos y por lo que se ve, pasaron varias horas en el sitio revisando todo para llevarse apenas lo que pudieran vender por ahí. Todo lo demás quedó inservible.
Fuente: Donlengua.com
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