Los policías presumen que el motorizado se resistió al robo y por ello le dispararon en el pómulo derecho. El proyectil provocó que el motorizado perdiera su ojo y muriera sobre la arena de manera casi instantánea.
Al escuchar la detonación, unos vecinos se acercaron a la calle de arena. Reconocieron al trabajador por su chaleco con el número 18 grabado. Avisaron a los cuerpos de seguridad y los mototaxistas de la cooperativa. Mientras todos llegaban, el cuerpo bocaarriba se tornó rígido y la sangre manchó la arena.
El ladrón huyó con el dinero, la motocicleta, el teléfono y la cartera del conductor. Ningún vecino pudo verle el rostro.
Fuente: cactus24.com.ve
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