De acuerdo con exámenes médicos, la bacteria producida por el tatuaje mal hecho afectó el nervio ciático y la médula espinal. En tal sentido, la joven perdió la sensibilidad en las piernas.
Esto, presuntamente fue consecuencia de la falta de asepsia del lugar donde se tatuó, así como en los instrumentos con los que se elaboró.
“Empecé con un dolor de espalda, sentía hormigueo en los pies, se me inflamó el estómago, no sentía las partes íntimas”, contó Luisa, quien dejó de caminar a los pocos días.
Durante su estancia en el hospital cumplió sus 15 años. Además, tuvo un aborto espontáneo y, actualmente, espera por una nueva cirugía, con la que podría tener posibilidades para volver a caminar.
Fuente: Maduradas.com
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