De hecho, muchos jovencitos andan sucios, descuidados y con una pizca de malicia en sus ojos. Así es como ahora muchos de estos niños rebosan las calles, y los culpables resultan los padres.
Un factor influyente es la desintegración familiar. La familia es la base de la sociedad, y es el hogar donde los principios y los valores se fomentan. Cuando la familia se desintegra, los infantes tratan de buscar un lugar de aceptación y cariño en donde generalmente no lo hay: la calle.
Así lo señala Sofía López, socióloga, quien explica que, en ese preciso instante, los chicos empiezan a rebelarse y así se agrupan con otros jovencitos en la misma situación y forman pandillas o bandas con las que empiezan a delinquir.
Luego, en ocasiones, “con tal de tener dinero fácil por así llamarlo, siguen recurriendo a robos y a asaltos aunque no lo necesiten”.
Asimismo, se convierten en unos azotes, ya que no hay nadie que les pueda reprender o detener, y a medida que pasa el tiempo crece más su nivel de maldad hasta llevarlos a cometer delitos mayores. Debido a la situación que atraviesa el país, se presume que la delincuencia ha aumentado gradualmente.
Sin embargo, no se sabe con exactitud si ha disminuido o se ha incrementado la actuación de niños en hechos delictivos. No existen cifras ni estadísticas que indiquen cuántos menores de edad se encuentran en situación de calle, sin hogar ni escolaridad, iniciándose o perfeccionándose en el intrincado camino del delito.
Al respecto, Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap, organización no gubernamental que trabaja en la promoción y defensa de los derechos de niños y adolescentes en estado de vulnerabilidad, afirma que es común la presencia de chicos de entre 5 años y 12 años de edad en las calles.
Asegura que su participación en hechos delictivos inicia en actos como el hurto (el arrebatón), robos y hasta homicidio.
“Son niños que se concentran en varios sitios y generalmente son de diferentes barrios. Llegan a conocerse en las calles y se unen para cumplir un solo propósito: delinquir a diario”, indicó Trapani.
Se trata de una realidad que pisotea la sociedad infantil y juvenil. Es una situación que más que evidenciar la falta de políticas públicas por parte del Gobierno nacional, muestra la enorme decadencia que hemos tenido como sociedad en cuanto a los principios y valores inculcados en casa.
Fuente: vea más en notitarde.com
COMPÁRTELO
No hay comentarios:
Publicar un comentario