El informe dado a conocer por la agencia Reuters se suma a la caída exponencial de los últimos meses en la cotización del Bitcoin, principal referente de las criptomonedas, por lejos, en el mundo.
El periodo de relativa estabilidad que vivía el bitcoin, que desde mediados de año evolucionaba en torno a los 6.400 dólares, se terminó bruscamente con pérdidas acumuladas de 30% en una semana, según datos compilados por Bloomberg.
La emblemática criptomoneda cayó 11,6% solo en la jornada del pasado miércoles, su mayor desplome desde febrero y el final de la fase de aterrizaje, un poco violento, que sufrió el bitcoin tras el estallido de su burbuja a finales de 2017.
Eso sugiere que le está costando ser en una alternativa seria al dinero emitido por los estados.
El criollo Petro, en el que el Gobierno ha puesto sus esperanzas para financiarse en un contexto de asfixia por sanciones de Washington, encara un oscuro camino ya no por las sanciones que además lo embargan, sino también por el contexto mundial de las criptomonedas.
Hace tres semanas, la revista especializada Diar, publicó la AFP, reveló que los volúmenes de intercambio del bitcoin en octubre habían caído a su nivel más bajo en un año, muestra de un importante reducción del interés de los inversores.
El valor de los pagos de Bitcoin se derrumbó desde un máximo de 427 millones de dólares en diciembre hasta los 96 millones en septiembre, según datos de Chainalysis.
La firma recogió datos de 17 procesadores de pagos de Bitcoin, incluido BitPay, con sede en Atlanta, uno de los más grandes. La mayoría de los comercios que aceptan Bitcoins no lo hacen directamente y en su lugar utilizan intermediarios como BitPay para convertir la criptomoneda en dinero fiduciario.
Paralelamente, los datos de Coinpayments, con sede en Vancouver, por ejemplo, muestran que las transacciones entrantes y salientes se redujeron en más de la mitad entre enero y octubre, según el sitio de análisis de blockchain OXT.
En este contexto, ¿cuántas posibilidades tiene el Petro de posicionarse? El criptoactivo del Estado venezolano que comenzó a comercializarse internamente el 29 de octubre, se puede adquirir a través de la plataforma Petro solo con bitcoins y litecoins. En la fecha de arranque un Bitcoin compraba 105 petros, este 20 de noviembre, después de un derrumbe de 16% solo en esa fecha, el principal criptoactivo del mundo podía comprar 73 petros.
Pero además, si teóricamente es un criptoactivo respaldado en el barril de petróleo local, se hubiese visto afectado por la fuerte caída del petróleo de las últimas dos semanas, no obstante, ha sucedio todo lo contrario, su valor se apreció de 3.800 bolívares soberanos a 4.362 bolívares soberanos, toda una paradoja.
De acuerdo con el portal Banca y Negocios, “no hay operaciones fuera de Venezuela. Ninguna casa de intercambio internacional (exchange) ha listado el Petro cuidándose de la prohibición impuesta por el gobierno de EE UU para transar cualquier moneda digital emitida por, para o en nombre del Gobierno de Venezuela”.
En su plataforma online, el Petro había alcanzado el 20 de noviembre 1.618 bloques o transacciones, dice el portal.
La principal diferencia con el Bitcoin radica en que el Petro estará centralizado por un intermediario, en este caso el Gobierno de Venezuela, mientras que el Bitcoin es completamente descentralizado. No pertenece a nadie, no está regulado por gobiernos, bancos ni fondos de inversión.
Otra diferencia es el minado. El Bitcoin puede ser generado por cualquiera con el equipo adecuado. El Petro, según su Libro Blanco, tieneen principio la oferta es de 100 millones.
Su valor va a radicar, sobre todo, según Laura Rojas, experta en finanzas digitales, en la promesa de que se va a crear un mercado en Venezuela y "podrá ser usado más adelante para pagar impuestos y servicios público", reporta la BBC Mundo.
“A partir de aquí se siguen reglas establecidas y predeterminadas que hacen que ni el valor, ni la oferta sean manejadas de forma discrecional”, agrega Rojas.
La preventa del Petro iniciada en septiembre, se produjo con descuentos decrecientes para estimular la inversión temprana.
La idea detrás de la venta del petro —sostienen algunos analistas— era la de obtener bitcoins u otra criptomoneda y a través de estas, dólares para sortear de alguna manera las sanciones impuestas al gobierno de Nicolás Maduro desde el mes de agosto de 2017.
Las monedas digitales compiten en un mercado transparente, sin embargo, parece estar dando muestras de agotamiento en un contexto en el que la desconfianza ha ido ganando espacio.
Fuente: Panorama.com.ve
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