Escasa seguridad, susto y miedo, es lo que viven los ciudadanos de la ruta Flor Amarillo -Guigue.
De día o de noche, en ambos momentos se corren innumerables riesgos que pretender acabar con la paz de los valencianos.
No basta con salir cansado del trabajo, para tener que seguir con la lucha al utilizar esta nueva forma de transporte, y llegar a los hogares con el corazón en la boca.
En este sentido, las malas condiciones de la vía hacen que este viaje se convierta en un verdadero terror, pues la oscuridad y los huecos son los verdugos.
Además, un sinfín de accidentes son los precedentes más aterradores que cualquier cuento de camino. La avenida Henry Ford con sus curvas pronunciadas es la guillotina para los conductores.
También, la zona del Megamercado, caracterizada por su falta de avisos, semáforos y curvas peligrosas.
Finalmente, los carabobeños están destinados a seguir en la triste odisea de utilizar los transbarandas tanto en la aterradora noche como en el inclemente día.
Cabe acotar que este tipo de situaciones continúan a pesar de que en el mes de junio llegó al estado una flota con más de 100 unidades de TransDracula.
Fuente: http://www.notitarde.com
COMPÁRTELO
No hay comentarios:
Publicar un comentario