La frialdad que otorga el tiempo se descalabra ante el legado que dejó el resultado de esa votación, abrazada casi con devoción por la mayoría de los venezolanos quienes –sin saberlo– cerraban el paréntesis de la democracia.
Desde muy pronto lo excepcional forjó su estilo y decisiones como gobernante. Lo propio ocurrió con su movimiento, el chavismo, cuyo nacimiento muchos ubican el 4 de febrero de 1992, cuando Chávez asumió el fracaso del golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez, pero fue un día como hoy, hace 20 años, que Chávez se hizo gobierno y pulsó el botón que paralizó el bipartidismo en Venezuela y las instituciones como se conocían hasta entonces en este país.
Su primera gran promesa, cambiar el modelo político a través de un cambio de Constitución se puso en marcha muy pronto. El resultado en sus páginas fue la refundación de una Venezuela que se convirtió en ‘República bolivariana’, integrada por cinco poderes públicos y de letra muy avanzada en materia de derechos humanos, pero que fuera de ellas comenzó a galopar con conceptos como “alianza cívico militar” y “cúpulas podridas”.
“Patria, socialismo o muerte” fue el eslogan que se impuso a los militares, cuya cúpula estaba al frente de gran cantidad de empresas del Estado y por lo menos la mitad de las gobernaciones del país.
Con la enmienda constitucional que permitió la reelección indefinida, la “revolución bolivariana” comenzó a dejar de ser una democracia al tiempo que galopaba ya uno de los mayores saqueos a las arcas venezolanas que se conozca en la historia. El ‘comandante Chávez’ llegó al poder sobre los hombros de la lucha contra la corrupción, pero a la vez su legado se traduce en pérdidas para la nación por una cifra sobre la que no hay acuerdo.
La más conservadora asegura que entre sobornos, malversación, regalos, evasión de controles y robo puro y simple salieron de Venezuela unos 400 mil millones de dólares. Otros llevan la cifra a 900 mil.
Esta es solo una de las explicaciones de la multiplicación que aquella pobreza que Chávez recibió al asumir la Presidencia y que afectaba a 43,9 por ciento de los venezolanos según el Instituto Nacional de Estadística (INE) hoy revienta al 87 por ciento, según la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) realizada en 2017.
La pobreza extrema, que cuando Chávez asumió el poder tocaba el 17,1 por ciento de los venezolanos, hoy alcanza a 61,2 por ciento. Del Chávez que prometió cambiarse el nombre si su mandato terminaba con niños de la calle, al chavismo que hoy tiene a miles de ellos comiendo basura en las calles.
“El legado es una devastación generalizada. Se cumplen 20 años perdidos para Venezuela, que se encuentra al nivel que estaba a comienzos del siglo pasado. Venezuela perdió la entrada al siglo XXI”, se lamenta Salamanca.
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