Pero hoy, durante la noche de Navidad, apenas estallaremos en llanto en muchos hogares de Venezuela, y por muchas razones diferentes. Algunos llorarán a mares por los familiares que se han ido del país porque ya no soportaban la situación.
Otros llorarán por los familiares y amigos que les han matado el hampa y el régimen durante este 2018 negro, que según el ministro, fue 30 % más tranquilo que el año pasado.
Y otros más llorarán porque sus neveras están vacías, o porque no tienen luz en sus neveras, o porque simplemente no tiene nevera. La pobreza extrema alcanzó este año a más del 80 % de los venezolanos. Lo que antes era clase media, ahora es clase baja y lo que antes era clase baja ahora es clase muy pobre.
Sin embargo, muchos líderes del régimen y de la oposición, se mantienen celebrando sus navidades por todo lo alto. Los que trabajan para Maduro, se la están pasando bien en fiestas enormes, a las que no permiten entrar con cámaras ni teléfonos celulares.
A los líderes de la oposición, se les ha ocurrido irse a pasar las navidades y el fin del año en otros países, en donde tienen casas y apartamentos que no sabemos cómo se han comprado si supuestamente tienen 3 años sin recibir sus sueldos.
Nosotros, los venezolanos de a pie, tendremos sin lugar a dudas la navidad más triste que se haya vivido en Venezuela en toda la historia. No solo por culpa del dictador Nicolás Maduro, como también de una oposición pendeja que no se moviliza ni lucha, y con una comunidad internacional que no e interesa por lo que ocurre en este pueblito que queda al sur de Estados Unidos.
No hay deseos de Feliz Navidad, porque nadie podrá ser feliz sin estar cerca de sus familiares refugiados. No hay deseos de Feliz Navidad porque nadie será feliz con familiares y amigos asesinados por el hampa. No hay deseos de Feliz Navidad porque nadie será feliz sin comida, sin ropa, sin zapatos, sin dignidad. Los únicos que tendrán una feliz navidad son los delincuentes del régimen
Fuente: Mario Ortega ( correo del lector)
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