El presidente de Colombia, Iván Duque, puso fin el viernes al moribundo proceso de paz con el ELN en Cuba tras un carro bomba en Bogotá atribuido a esa guerrilla, y lanzó una velada advertencia a Venezuela, donde según el gobierno se refugian líderes rebeldes.
“He ordenado el levantamiento de la suspensión de las órdenes de captura a los diez miembros del ELN que integraban la delegación de este grupo en Cuba y he revocado la resolución que creaba las condiciones que permitan su permanencia en ese país”, afirmó.
Esto significa, agregó, “la terminación inmediata de todos los beneficios otorgados a ellos en el pasado por el Estado y la activación de las circulares rojas de la Interpol” para su ubicación y captura.
De momento, la guerrilla no se ha pronunciado sobre las acusaciones en su contra ni sobre la decisión del mandatario, que cuando asumió el poder en agosto había dejado en suspenso los diálogos que sostenía su antecesor Juan Manuel Santos con el ELN desde 2017, primero en Quito y luego en La Habana.
Según Duque, el gobierno redoblará la persecución a los guerrilleros y denunciará a “cualquier Estado que brinde respaldo o permita la presencia de miembros de este grupo en su territorio”.
El mensaje supone en la práctica una notificación al gobierno de Venezuela, donde según autoridades colombianas se esconden líderes de la última guerrilla reconocida en Colombia tras el pacto de paz de 2016, que desarmó y transformó en partido a las poderosas FARC.
Caracas y los rebeldes han negado esas versiones.
Entretanto, “agradecemos la solidaridad expresada por el gobierno de Cuba y hoy les pedimos hacer efectivas las capturas de los terroristas que se encuentran en su territorio y entregarlos a las autoridades policiales colombianas”, expresó el gobernante.
Fuente: Donlengua.com
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