La decisión de la semana pasada del gobierno de Donald Trump de imponer sanciones a Venezuela buscaba socavar el respaldo a Nicolás Maduro al apuntar a las exportaciones de petróleo del país latinoamericano a Estados Unidos, fuente de la mayoría de sus ingresos desde el extranjero.
Las sanciones buscan impedir que las refinerías estadounidenses paguen en cuentas de PDVSA controladas por Maduro -una de las razones por las que muchos buques petroleros esperan en un limbo frente a Venezuela sin que estén claros los pagos. Estados Unidos compra unos 500.000 barriles de crudo venezolano por día.
Los clientes estadounidenses de la estatal venezolana PDVSA están obligados bajo las sanciones a depositar los pagos en cuentas de garantía que aún no se han creado. Los fondos serán controlados por el líder de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, quien ha sido reconocido por Estados Unidos, la Unión Europea y gran parte de América Latina como el presidente interno del país.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos y la Casa Blanca no respondieron a una solicitud de comentarios.
Había más de una decena de buques petroleros anclados esta semana en el Golfo de México o fuera de aguas venezolanas, según datos de Eikon de Refinitiv, debido a que las navieras esperan el pago y la entrega de instrucciones de los compradores.
Operadores dijeron que algunos de los cargamentos eran usados como almacenamiento flotante por compradores que aprovecharon las ventas de mercado abierto de PDVSA antes de las sanciones. Otros eran retenidos por firmas comerciales que tienen problemas para hallar refinerías dispuestas a aceptar el petróleo debido a las dificultades de pago asociadas a las sanciones.
Los buques habían sido contratados por compradores regulares de petróleo venezolano en Estados Unidos, incluidos Chevron Corp, la unidad de refinación de PDVSA Citgo Petroleum y Valero Energy, y corredurías que venden a refinerías.
Fuente: Lapatilla.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario