Caroline Kennedy estaba casi sorprendida por la Casa de Paso ‘Divina Providencia’, donde el padre del lugar la recibió. José David Caña a las once de la mañana. No permitió cámaras de video. Anunció el trabajo del Comité Internacional de Rescate (IRC) con el que trabaja como embajadora de buena voluntad. Una fundación dedicada a la atención de crisis humanitarias, como Yemen, El Salvador y Venezuela. Este último, una situación tan extrema que llevó a Caroline Kennedy a ser cuatro años embajadora del gobierno de Barack Obama en Japón. El año pasado regresó a su país para realizar causas humanitarias en las cuales poblaciones menos protegidas viven en el centro de atención debido a conflictos internos.
Allí estuvo con el padre Caña repartiendo el almuerzo y acompañando a los refugiados venezolanos. Vienen con lo poco que han logrado salvar del catástrofe que casi siempre cabe en una maleta. La gran mayoría de los 442.462 venezolanos que cruzaron la frontera en los últimos cuatro meses se establecieron en el pueblo de La Parada. Allí, a diez minutos de Cúcuta, permanecen condiciones dolorosas durante semanas. Puede haber cincuenta venezolanos compartiendo una habitación y rentándolos a 3,000 pesos por cabeza. Para orinar en esos lugares, los dueños pagan 500 pesos. Si tiene que dar de alta, el cargo es de 2 mil pesos. Incluso si usted quiere dormir en el banco de sueño del corregimiento, se le cobrará mil pesos.
Fuente: Lapatilla.com
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