La mayoría de los 2.000 empleados del banco fueron enviados a casa cuando se apagaron las luces en Caracas el 25 de marzo, y no han podido regresar desde entonces, dijeron las personas que hablaron a condición de permanecer en el anonimato. El grupo de emergencia ha estado trabajando en una biblioteca con la ayuda de tanques de agua, centrándose en tareas vitales para mantener las operaciones, como transacciones entre bancos locales y reservas, señalaron.
La situación del banco central pone de relieve el caos en la Administración de Nicolás Maduro. Los baños no tienen agua y el edificio carece de aire acondicionado, ya que los cortes eléctricos agravaron la escasez de agua en la capital venezolana en medio de una sequía. Los empleados no saben cuándo podrán volver a trabajar.
Un portavoz del banco no respondió a solicitudes de comentarios.
Si bien el racionamiento de energía anunciado por Maduro a finales del mes pasado ha excluido hasta ahora a la capital venezolana, el suministro eléctrico ha sido intermitente en la ciudad, lo que ha impedido el funcionamiento de las bombas de depósitos de agua. Caracas, a 900 metros sobre el nivel del mar, obtiene su agua mediante el sistema hidráulico Tuy, cuyas estaciones de bombeo requieren un mínimo de 600 megavatios para funcionar.
Los venezolanos se echaron a las calles el sábado para manifestarse contra el colapso casi total de los servicios públicos y mostrar su apoyo al líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien dice ser el presidente legítimo del país.
Fuente: Lapatilla.com
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