Francisco dijo que sus colaboradores llamaron a los bomberos, que lo rescataron y pidió a la multitud asombrada un aplauso para los efectivos, que los fieles hicieron con entusiasmo.
La jornada es soleada y muy calurosa en Roma. Cuando al Papa, de 82 años, se le atrancó el ascensor había una temperatura de casi 30 grados.
“Un aplauso al servicio de bomberos”, propuso, a lo que la multitud a sus pies respondió entre palmas y vítores.
El inhabitual retraso generó preocupación por la salud de Francisco. Si bien el Papa aparenta una energía ilimitada pesa a su edad, en su juventud perdió parte de un pulmón y las muecas de dolor que se le escapan ocasionalmente recuerdan que el dolor ciático es un compañero casi constante para el pontífice.
Fuente: Donlengua.com
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