El ciudadano de nacionalidad venezolana, de 24 años de edad, salió de su residencia a las 9:00 de la noche, sin embargo, nunca más regresó.
Unas horas más tarde, a las 2:00 a.m. fue asesinato tras recibir varios impactos de balas, además, sus victimarios incendiaron la sábana con la que el cuerpo fue envuelto. En ese sentido, el joven terminó quemado y arrojado en una zona boscosa de Cúcuta.
Diana Durán se enteró de la muerte de Acosta Gutiérrez por los rumores que circulaban entre los vecinos.
“Yo me enteré hasta las 9:00 de la mañana del martes. Como él a veces llegaba tarde, me quedé dormida”, expresó Durán.
Este 6 de noviembre, la venezolana esperaba en las instalaciones de Medicina Legal, a los padres de su pareja, quienes viajaban desde Valencia, Venezuela, para reclamar el cadáver.
“Yo pensé que se había quedado bebiendo en algún lugar. Pero, como al otro día tampoco llegó me empecé a preocupar. Cuando salí a la calle me di cuenta de que la gente de la cuadra me miraba y murmuraban. Entonces, fui para donde mi abuela y allá me enteré. Ahí fue cuando salí con mi mamá a Medicina Legal y me confirmaron”, añadió Durán.
La pareja vivía en Cúcuta desde hace un año y Durán aseguró que Acosta Gutiérrez nunca le comentó sobre algún problema que haya tenido o amenaza en su contra.
“Él nunca me contaba nada y tampoco le preguntaba. Siempre salía y volvía. Trabajaba en lo que le saliera. Estuvo echando tableta, soldadura y hasta limpiando el monte de varios lotes”, indicó.
Por su parte, el coronel José Luis Palomino López, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, afirmó que el venezolano asesinado era investigado por su supuesta participación en un homicidio en 2018.
“Esta persona (Acosta Gutiérrez) sería de un grupo que protege una olla (expendio de drogas) conocida como la olla de Miguel. Estamos en ese proceso investigativo para esclarecer el hecho y lograr la orden de captura de los responsables”, agregó el oficial.
Fuente: Donlengua.com
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