No todos los 26 millones de venezolanos tendrán la oportunidad de comer carne de cerdo esta Navidad debido a la carestía del producto y la fuerte hambruna que golpea a la población sumida en la pobreza extrema (60%) al ser empujada a buscar comida en la basura.
Pero al menos Vladimir Putin se ha encargado de enviar las 13.500 toneladas de cerdo ruso anunciadas por Nicolás Maduro en octubre pasado al costo de 11 millones de euros, aunque la operación populista le sirva para mejorar su imagen y de propaganda a favor del régimen. «Garantizaremos al pueblo venezolano el alimento que requiere en esta época decembrina», dijo Maduro en octubre durante una alocución en el Palacio de Miraflores.
Este año Rusia reemplaza a Portugal, que venía enviando perniles a Maduro desde los últimos cuatro años hasta que la deuda de 68 millones de euros no fue pagada. La empresa portuguesa Agrovarius SA despachó en enero de 2019 lo que debía ser un mes antes desde Barcelona, España, apenas 696 toneladas de pernil, cuya factura no ha sido cancelada.
Esta vez el primer lote de 2,5 y 3 kilos cada corte de pierna rusa fue distribuido a razón de 10.000 bolívares el kilo (22 centavos de dólar) es mucho más barato que en los supermercados donde cuesta 4,44 dólares el kilo, una diferencia tan abismal que los beneficiarios prefieren negociar la subvencionada y ganar algún dinerito para subsistir.
La distribución quedó en manos de los Comités Locales de Alimentos y Producción (CLAP). Las primeras comunidades en recibirlos en Caracas fueron Juan Pablo II, La Pastora, La Vega, Caricuao y Petare.
Este viernes fue la convocatoria. Lo que sorprendió fue el método misterioso y clandestino de la distribución. El anuncio de la repartición salió a las 22 horas en las redes sociales para que los interesados estuvieran en los puntos designados a las 3 de la madrugada cuando los funcionarios de los CLAP iban a repartir los números. La mayoría chavista, de los que tienen el carnet de la patria, acataron la orden impartida pese al esfuerzo de madrugar en medio de la inseguridad para recibir el pernil.
En la fila de la tercera edad las encargadas de repartir las piezas de pernil forzaban a las personas a agradecer en cámara a Nicolás Maduro el beneficio recibido. Algunos abuelos accedieron a dar las gracias públicas a Maduro, mientras que otros se negaron a pesar de la insistencia de las encargadas.
Antonio Ledezma, el alcalde metropolitano de Caracas en exilio desde Madrid, compartió las imágenes y manifestó su pesar ante tal humillación. «Qué triste y doloroso semejantes escenas en las que personas acorraladas por la hambruna son compelidos a darle las gracias a la revolución por un pernil», sentenció Ledezma.
ESTA ES LA ASQUEROSIDAD de Pernil Ruso que le están dando a la gente.— Oliver López Cano 🇻🇪 (@OliverLopezCano) December 18, 2019
¡FULL DE GUSANOS! pic.twitter.com/hkKwfROMXU
Fuente: Ludmila Vinogradoff / ABC
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