“Cuando llegué aquí me montaron en un carro convertible, lo que querían era secuestrarme, yo digo que para matarme y sacarme los órganos. Yo logré bajarme y me metí en un matorral”, narró.
Viajó a ese país por una supuesta oferta laboral que había recibido. Sin embargo, su perspectiva cambió cuando llegó al Aeropuerto Juan Santamaría, en donde lo recibió el ciudadano que lo contactó y envió el pasaje para que viajara.
El joven murió el pasado lunes 2 de marzo atropellado por un camión de carga.
Rojas Chávez se encontró en el aeropuerto a un hombre de apellido Hair, quien le propuso un trabajo con muy buena paga.
Al menos esta es la versión que Franklin Zurita, primo del fallecido, ofreció al medio costarricense Extra, al que le suministró detalles de la conversación que mantuvieron horas antes del accidente.
Fue entonces cuando los familiares se preocuparon. Su esposa Kimberly González no supo nada del joven hasta que se enteró, a través de las noticias, que había muerto atropellado en la autopista General Cañas.
Rojas Chávez le contó a su primo, el mismo domingo que llegó a Costa Rica, que había logrado regresar al aeropuerto, pero no tenía dinero para comer. Debía esperar hasta el 13 de marzo, casi dos semanas, para poder regresar a Venezuela.
Fuente: diariolavoz.net
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