La mujer sale en su intento por captar algunos clientes, pero los pocos vehículos que ahora pasan no se detienen.
“La cuarentena me ha afectado mucho porque la mayoría de los que buscan este servicio son los hombres maduros”, comentó preocupada por sus ingresos.
Esta trabajadora del placer se dedica al oficio desde que tenía 19 años, es oriunda de Guárico y gracias a esta labor logró cursar una carrera de Educación Especial. No oculta lo que hace, ni siquiera a sus hijos.
Candy reveló que en un día “bueno” gana entre 60 y 70 dólares, pero con la disminución de la clientela apenas logra obtener unos 5 o 10 dólares.
“Hoy uno de mis hijos está de cumpleaños y no pude comprarle una torta. O compraba la torta o compraba comida”, contó.
Reconoció que ya no espera para recolectar más de 50 dólares antes de irse, con un solo servicio prefiere marcharse, pues para ella, la llegada de la pandemia modificó su negocio y ahora no importa la cantidad, solo importa generar algo de ingresos aunque sean pocos.
Del mismo modo, Candy explicó que no tiene intensiones de parar el trabajo porque es lo único que le permite generar ingresos, pero se cuida lo mejor que puede, lleva protección, alcohol y antibacterial en su cartera, además exige el uso de las mascarillas a sus clientes y cuando regresa a su casa se baña con agua tibia y deja la ropa en la entrada.
“Así me ofrezcan mucho dinero si no tiene tapabocas yo no me monto (en el carro). Yo gano más con mi vida que con lo que me den, qué hago yo con 100 dólares, eso se me acaba al momento. En cambio con la vida pues hago más”, explica.
Fuente: Maduradas.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario