En horas de la tarde del domingo 25 de octubre una comisión del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) se trasladó hasta la cárcel de Fénix, para levantar el cadáver de Jonathan Jesús que presuntamente fue estrangulado por un compañero de celda. Ese mismo día su familia recibió una llamada anónima, en la que les anunciaron que su ser querido había sido asesinado.
Cada día son más dantescos los casos de violencia dentro las cárceles venezolanas. En esta oportunidad el equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) conoció que el cuerpo sin vida de este recluso tenía dos días dentro de una celda en el área de reflexión y ya presentaba indicios de descomposición. Al parecer, el crimen se perpetró el viernes y su supuesto homicida, un hombre de 58 años de edad identificado como Ender José Ramos Colmenarez, fue quien avisó a los custodios que «tenía un muerto debajo de una cama y le estaba molestando el olor”.
Esta situación deja en evidencia el descontrol reinante dentro de los centros penitenciarios, pues evidentemente no se realiza un conteo diario donde las autoridades puedan detectar la ausencia de uno de los reclusos. Personas que frecuentan la cárcel de Fénix-Lara aseguraron que durante toda la semana hubo fallas en el suministro de alimentos, por lo que al no llevarle comida también era imposible que los custodios se dieran cuenta de que algo andaba mal, esto aunado a que se encontraba en un área poco transitada.
Por su parte, una tía de Jonathan Jesús se trasladó como pudo hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda Barquisimeto, pero no fue hasta las 8:00 de la noche que le informaron que el cuerpo había sido llevado hasta la «morguecita» en el cementerio municipal de la ciudad por su avanzado estado de descomposición.
Según lo relatado al equipo del OVP, al día siguiente se trasladaron hasta este lugar, donde finalmente lo identificaron por unos tatuajes porque aseguraron que el cuerpo estaba irreconocible. En tanto, la familia del joven detalló que estuvo dos años detenido dentro de un container de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en Cabudare hasta su traslado a Fénix, donde la mala alimentación causó estragos en su salud y en poco tiempo había rebajado al menos 10 kilos.
El lunes 19 de octubre fue el último contacto de Jonathan Jesús con sus familiares para informarles que al día siguiente tendría visita. No obstante, nadie pudo visitarlo porque son personas de bajos recursos y el costo del transporte hasta el penal es de al menos 20 dólares, sin contar con otros gastos como la alimentación.
“Por una urna nos estaban pidiendo 180 dólares, ¿de dónde sacamos eso?. Menos mal que desde la alcaldía de Simón Planas nos hicieron la donación y lo vamos a enterrar aquí en Barquisimeto”, comentó una prima de Jonathan Jesús, quien puntualizó que desde el recinto penitenciario no les han brindado ningún tipo de información sobre el hecho y mucho menos les prestaron ayuda para los gastos fúnebres.
Fuente: Donlengua.com
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