Caminando por la calle en la que "Aterricé" vi a la gente vestida de una manera muy extraña, con atuendos que en los 90 nadie usaría. Me sorprendió ver a niños tatuados como animales salvajes, y mujeres vestidas como hombres. Pero luego de unas horas me acostumbré a ver estas modas desoladoras.
Le pregunté a una persona que pasaba, en qué año estamos, me miró y se sonrió. Me dijo que estábamos en el año del fin del mundo. Por un momento pensé que era el 2000 y seguí. Entré a una tienda que tenía uno de esos televisores planos gigantes y en una esquina decía la fecha. Estoy en el 2020!
Me quedé a ver las noticias y mi cabeza no lograba entender todo lo que se transmitía. No había gasolina, la gente no manifestaba en las calles por nada, no había comida, otros hacían colas por el gas.... Luego vi a un tipo de espeso bigote, hablando en acento cubano y entendí por el cintillo escrito en la parte de abajo, que era el presidente "Bolivariano". Entonces pensé que había caído en Bolivia, pero no. Estaba en Venezuela, un lugar irreconocible.
Reconocí entonces la zona, y me dije "Esto es Parque Central". Miré hacia arriba y vi media torre completamente quemada. Le pregunté a una señora que transitaba por el sitio y me dijo que eso había ocurrido hace muchos años y que nunca la arreglaron. No lo podía creer!
Por suerte traje bastante dinero desde los 90, y pensé que aún valdría para algo. Tenía más de 1 millón de bolívares y por curiosidad, entré a una tienda para ver si todavía podría utilizarlos.
-"No mijo, usted me quiere timar? esos billetes tienen 30 años y ya no valen nada. De todas formas se los compro para hacer mi colección de billetes viejos", me dijo el que atendía la tienda.
Entonces me dio un billete nuevo de 10 bolívares a cambio de todo lo que traía y hasta me dijo que salgo ganando con el cambio. Lo acepté, ya que no tenía otra opción.
Al pasar a pie cerca de una bomba de gasolina, vea una fila enorme, y cuando me acerco, los guardias se pelean con la gente al entrar. Me pongo a escuchar y entonces entiendo que no hay gasolina, y que la que hay solo se paga en dólares.
Con los 10 bolívares nuevos que tenía en el bolsillo, intenté comprar algo para comer. Entré en una tienda de comida, y la señora se burló de mí, diciéndome que dónde había conseguido pantalones Sergio Valente y una camisa blanca con el logotipo de Acción Democrática... no le di muchas explicaciones y apenas le pedí que me vendiera algo de comida.
Al ver el billete de 10, me regaló un plato de sopa y un pan, y me dijo que no me cobraba nada, ya que se había dado cuenta de que no estaba bien de la cabeza y necesitaba alimentarme para no morir de hambre. En realidad no estaba tan hambriento, pero poco a poco fui entendiendo que los 10 bolívares, no alcanzaban ni para un grano de arroz.
Al salir del sitio y agradecerle a la señora, veo a un individuo con algo parecido a un Ericson o un Startac, pero con una pantalla grande a colores y sin antena. Pensé que era una TV portátil, pero descubrí en pocos segundos que eran teléfonos celulares. Tanto avance de la tecnología, en las manos de la gente. Me acerqué al individuo y le pregunté qué era eso, entonces se puso muy blanco y salió corriendo a gran velocidad.
Ahora pienso dirigirme a algún lugar que conozca de los 90, como por ejemplo, mi casa, que quedaba cerca de Parque Central. Las calles eran las mismas de antes, pero mucho más dañadas. Los colores de las casas y edificios eran tan chillones, que parecía estar dentro de una caricatura. Este viaje al 2020, apenas comenzaba a darme sorpresas, y seguro que hay muchas más....
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