Recordó que en esa época, la gente se trasladaba en burro desde Soledad Abajo, La Ciénaga y desde las poblaciones del sur del municipio, hasta Cumarebo para comprar los alimentos.
“Nuestras madres tejían sombreros; uno los vendía en Cumarebo y luego, con ese dinero, comprobamos los alimentos para hacer la comida durante la semana; o en todo caso, medicamentos de ser necesarios”.
“Lo primero que hacíamos era aperar el burro a primeras horas de la mañana para estar bien temprano en los establecimientos comerciales de entonces. Luego, regresábamos de Cumarebo hasta Soledad Abajo, o cualquiera de las localidades anteriormente señaladas. Quiere decir, que los burros era muy útiles; además, de servir como transporte de carga”.
Pues, bien, ahora y a propósito de la falta de gasolina y de lo que cuesta mantener un vehículo, los burros han recobrado una gran importancia como medio de transporte y movilización.
“A mi burro, por ejemplo, yo le monto la carga y él regresa solo para la casa, porque ya se sabe el camino. Mi burro es muy inteligente”, indicó Martínez con denotado orgullo al citado medio.
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Fuente: cactus24.com.ve
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