La inédita ola migratoria de los últimos años por la crisis económica, social y política ha generado grandes cambios demográficos que han terminado por convertir a Venezuela en un país de viejos y niños lo que, más allá de los dramas familiares particulares, tiene graves implicaciones para el presente y para el desarrollo futuro del país.
En 2015, el Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE) estimaba que para 2020 el país contaría con 32.605.423 habitantes.
Sin embargo, las proyecciones más recientes de la oficina de población de la ONU (UNPOP), calculan que para el año pasado Venezuela tenía 28.436.000 habitantes: unos cuatro millones de personas menos de lo esperado, una población similar a la existente en 2010.
Y es que según la ONU, Venezuela es el país del mundo que más población ha perdido en los últimos cinco años, incluso más que Siria, que está sumergido en una guerra civil.
Al mismo tiempo, Venezuela es el único estado de América Latina en perder habitantes en la última década.
Dado que la Oficina de la ONU para los Refugiados (ACNUR) señala que más de 5,6 millones de venezolanos han emigrado en los últimos años sería fácil atribuir esa pérdida de población solamente a la emigración.
La situación, no obstante, es más compleja.
«Hemos estado perdiendo población por todos los flancos», dice a BBC Mundo Anitza Freitez, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas.
Freitez, coordinadora del proyecto Encovi, que retrata las condiciones de vida de los venezolanos, explica que la reducción de la población obedece principalmente a la emigración masiva pero también a una caída de la natalidad y a un aumento de la mortalidad.
«Lo del menor número de nacimientos no es nada desdeñable porque está contribuyendo al envejecimiento de la población», apunta.
Indica que el aumento de la mortalidad infantil significa una pérdida de 30 años de avances y que se ha traducido también en una disminución de tres años en la esperanza de vida.
Un país de viejos y niños
Todos estos cambios han traído un nuevo panorama demográfico a Venezuela.
Según datos de la Encovi, ahora hay más hogares unipersonales, así como un mayor número de hogares encabezados por mujeres
«Nuestra migración es principalmente masculina. Eso ha llevado a que sean las mujeres las que terminan asumiendo la jefatura del hogar y a que tengamos un porcentaje de hogares encabezados por mujeres por encima del 50%. No hay ningún otro país en América Latina que tenga un nivel de jefatura femenina tan elevado. El promedio de la región está en el orden del 36%», señala Freitez.
La experta explica que alrededor de 60% de los emigrantes venezolanos son personas en edades comprendidas entre los 15 años y los 50 años de edad, lo que se traduce en una importante disminución de la población activa y en un aumento del peso demográfico de la población dependiente, especialmente de adultos mayores.
De acuerdo con la Encovi, en Venezuela hay en la actualidad 65 personas dependientes (menores de 15 años y mayores de 60 años) por cada 100 personas en edad laboral, una gran carga demográfica que se terminó alcanzando mucho antes de lo previsto.
«Es un país de viejos y de niños», resume Freitez a BBC Mundo.
«Según las proyecciones del INE se esperaba que en el año 2039 la proporción de personas de 60 años y más alcanzara a 12%-13% de la población y esa situación se anticipó al 2020, de acuerdo con las actualizaciones de las proyecciones de población para Venezuela realizadas por Naciones Unidas. El envejecimiento se adelantó casi 20 años por efecto de la selectividad de la emigración que significó el éxodo de personas jóvenes», explica.
Fuente: BBC Mundo
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