Este ingeniero venezolano emigró a España poco antes de la pandemia de marzo, y al llegar a ese país, le costó mucho adaptarse a una nueva realidad. Vendió su apartamento en La Candelaria, en donde vivía con su mujer y su hijo pequeño que entonces tenía 5 años. Rodolfo comenzó a trabajar desde entonces en un Uber, en el que gana aproximadamente 3000 euros mensuales.
Pero al parecer, se le quedaron en Venezuela algunos documentos, unos álbuns de fotos y los objetos personales que no podía traerse en su equipaje. Probablemente los secuestradores obtuvieron estos objetos y con ellos lograron inventar que tenían secuestrado a su hijo pequeño.
Al no salir de la sorpresa de recibir una llamada en la que le decían, en acento venezolano, que si no pagaba 100.000 dólares no volvería a ver a su hijo de 6 años, al que supuestamente tenían secuestrado, Rodolfo acudió a la policía para que investigaran la procedencia del número y denunciar el hecho. Rodolfo está con su mujer y su hijo en casa, y este falso chantaje no es más que un intento más del hampa venezolana por obtener dinero fácil y rápido.
Al no salir de la sorpresa de recibir una llamada en la que le decían, en acento venezolano, que si no pagaba 100.000 dólares no volvería a ver a su hijo de 6 años, al que supuestamente tenían secuestrado, Rodolfo acudió a la policía para que investigaran la procedencia del número y denunciar el hecho. Rodolfo está con su mujer y su hijo en casa, y este falso chantaje no es más que un intento más del hampa venezolana por obtener dinero fácil y rápido.
La llamada quedó identificada desde un teléfono público en Lima Perú, por lo que se presume que la banda de secuestradores falsos está en ese país. Su técnica es simple: Buscan todos los datos, fotos, videos y audios de alguna persona, luego la contactan y le informan que tienen a un familiar secuestrado y que si no hacen el depósito de una alta cantidad en Bitcoins durante los próximos 15 minutos, asesinan al secuestrado.
En realidad ellos no secuestran a nadie, y apenas inventan esta y otras mentiras, apoyándose con datos recopilados en redes sociales. Al recibir una llamada amenazante como esta, muchas personas caen en la trampa y hacen la transferencia de todo el dinero que piden, solo para tener de vuelta a su familiar, que en realidad no ha sido secuestrado.
Se presume que estas bandas obtienen elevados ingresos haciendo este tipo de chantajes, y se reportan decenas de casos parecidos a diario.
Es por eso que le recomendamos a todas las personas que reciben este tipo de llamadas o mensajes, que verifiquen si sus familiares están bien, antes de hacer cualquier tipo de negocio con estos secuestradores desarmados, que en realidad no secuestran a nadie para no ser imputados, y que apenas juegan con el sufrimiento de la gente para sacar dinero fácil.
Fuente: Chismeven.net
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