La masa frita y crujiente junto al relleno de carne molida con la sazón de Panagiotis, encantó a los tres miembros del jurado, que no dudaron en acompañar sus empanadas con guasacaca y natilla.
Este cocinero de 57 años, quien no tiene ninguna formación profesional, nació en Barquisimeto, estado Lara, y fue criado en Araure, estado Portuguesa, pero ahora vive lo que calificó como «la mejor oportunidad de su vida» en Grecia.
«Cocino por pasión y siempre tuve el sueño de entrar en las famosas cocinas de MasterChef. Un día estaba viendo televisión y pasaron las promociones de las audiciones aquí en Grecia. Mi familia insistió en que me escribiera y, la verdad, lo hice sin mucha fe. Después de un mes, recibí una llamada de un número desconocido y ¿cuál crees que fue mi sorpresa?, era de MasterChef. Me dijeron que mi solicitud fue aprobada».
Es de resaltar que Panagiotis audicionó con 5.000 aspirantes en las primeras pruebas del concurso que consistieron en unas entrevistas frente a 10 chef.
«Pasé ese filtro y quedamos 200 participantes para la segunda fase que era preparar un platillo frío en casa y presentarlo a la comisión de chef. Para ese otro reto hice un ‘Vuelve a la vida’. Lo presenté en una copa boca ancha de vino, acompañado de tajadas de plátano tostado», contó.
Esta primera preparación, una comida autóctona de las costas venezolanas que tiene como ingrediente principal los mariscos, logró escalar en las pruebas para ser admitido.
«El tercer filtro era cocinar frente a las cámaras de televisión. Te dan 30 minutos para la preparación y tienes que hacer todo delante de los tres jueces chef. Yo realicé empanadas de jamón, queso y carne molida. Todo lo hice allí, no puedes tener preparación previa«, indicó.
Reconoció que la emoción, los nervios y el estrés de estar frente a las cámaras casi le juegan en contra, pero a solo 10 minutos de iniciar ya tenía casi todo listo, en esta fase logró que los tres miembros del jurado quedaran sorprendidos por su preparación y le dieran un «sí».
«Cuando terminé, se acercó el primero y probó las empanadas de jamón y queso, pero no estaban tan crujientes como las de carne molida que estaban recién hechas. Así que le insistí en que probara esas. Cuando mordió se escuchó el crujir y de inmediato se volteó y llamó a sus dos compañeros. No olvido que les dijo ‘vengan a probar algo exquisito’«, manifestó.
«Yo había hecho también una guasacaca y tenía natilla; los tres jueces se peleaban por comérselas. Fue muy gracioso porque se quemaban con las de carne molidas, pero cuando terminaron de comerlas todas se devolvieron a sus sillas y me llamaron al frente. El primer chef me dijo que era uno de los mejores platos que había comido y me dio ‘un gran sí'», recordó el criollo.
Fuente: Chismeven.net
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